lunes, 1 de abril de 2013

TAREA 3ª. MATILDA

HOLA CHIC@S!!! ¿Qué tal las vacaciones de Semana Santa? espero que lo hayáis pasado muy bien y que hayáis descansado mucho, ya me contaréis... Pero ahora toca vuelta a empezar, a la rutina, por lo que os dejo aquí la tercera tarea. Espero que os guste...


Al cumplir los tres años, Matilda ya había aprendido a leer sola, valiéndose de publicaciones informativas que salen diariamente y revistas que había en su casa. A los cuatro, leía de corrido y empezó, de forma natural, a desear tener libros. El único libro que había en aquel ilustrado hogar era uno titulado Cocina fácil, que pertenecía a su madre. Una vez que lo hubo leído de cabo a rabo y se aprendió de memoria todas las recetas, decidió que quería algo más interesante.
-Papá -dijo-, ¿no podrías comprarme algún libro?
-¿Un libro? -preguntó él-. ¿Para qué quieres un maldito libro?
-Para leer, papá.
-¿ Qué demonios tiene de malo el sistema de transmisión a distancia de imágenes y sonidos por medio de ondas hertzianas? ¡Hemos comprado un precioso televisor de doce pulgadas y ahora vienes pidiendo un libro! Te estás echando a perder, hija...
Entre semana, Matilda se quedaba en casa sola casi todas las tardes. Su hermano, cinco años mayor que ella, iba al establecimiento público en el que se imparte enseñanza primaria. Su padre iba a trabajar y su madre se marchaba a jugar al bingo a una población pequeña o de menor categoría situado a ocho millas de allí.
La señora Wormwood era una viciosa del bingo y jugaba cinco tardes a la semana. La tarde del día en que su padre se negó a comprarle un libro, Matilda salió sola y se dirigió al local en el que se conserva una colección organizada de libros y otros materiales para poder ser consultados, estudiados o leídos por los usuarios pública del pueblo. Al llegar, se presentó a la bibliotecaria, la señora Phelps. Le preguntó si podía sentarse un rato y leer un libro. La señora Phelps, algo sorprendida por la llegada de una persona que está en la niñez o tiene pocos años tan pequeña sin que la acompañara ninguna persona mayor, le dio la bienvenida.
-¿Dónde están los libros infantiles, por favor? -preguntó Matilda.
-Están allí, en las tablas horizontales sobre las que se colocan las cosas más bajas -dijo la señora Phelps- ¿Quieres que te ayude a buscar uno bonito con muchos dibujos?
-No, gracias -dijo Matilda-. Creo que podré arreglármelas sola.
A partir de entonces, todas las tardes, en cuanto su madre se iba al bingo, Matilda se dirigía a la biblioteca. El trayecto le llevaba sólo diez minutos y le quedaban dos hermosas horas, sentada tranquilamente en un ángulo entrante que se forma en el encuentro de dos paredes o de dos superficies acogedor, devorando libro tras libro. Cuando hubo leído todos los libros infantiles que había allí, comenzó a buscar alguna otra cosa.                                                            
                                                                                                                                    Matilda, Roald Dahl

       


Hola chic@s!!he visto ya vuestras actividades, me han gustado mucho, las imágenes se correspondía con la definición que os ponía. ¡¡Muy Buen trabajo!!

GERMÁN
Cuando termines las actividades revisalas, hay una imagen, la de la biblioteca, que la has colocado en la definición de niña ("persona que está en la niñez o tiene pocos años") y en la definición que tenías que poner la biblioteca no hay nada. ¡CUIDADO!
"El sistema de transmisión a distancia de imágenes y sonidos por medio de ondas hertzianas", esta definición se refiere a la televisión, la imagen que me has puesto es de un MP4, pero en general está bastante bien.